La duración de la Ley de Segunda Oportunidad en España varía según el tipo de procedimiento y la situación económica del solicitante, pero en la mayoría de casos el proceso se completa en un periodo de entre 6 y 12 meses. El tiempo depende principalmente de si se realiza una liquidación de bienes o si el juez aprueba un plan de pagos. La vía más rápida suele ser la liquidación, que puede resolverse en unos 3 a 6 meses cuando el deudor no tiene bienes que vender y el expediente es sencillo. En cambio, cuando se opta por un plan de pagos para conservar la vivienda u otros bienes, el procedimiento suele requerir más trámites y revisión judicial, extendiéndose a unos 6 a 12 meses.
Otros factores influyen en el tiempo total, como la carga de trabajo del juzgado, la claridad de la documentación presentada o si es necesario nombrar un administrador concursal. Por eso, uno de los elementos clave para acelerar el proceso es presentar toda la documentación completa desde el primer momento: listados de deudas, ingresos, bienes, contratos, extractos bancarios y cualquier información relevante. Cuanto más claro esté el expediente, menos requerimientos hará el juez y más rápido avanzará el procedimiento.
Contar con un abogado especializado también reduce significativamente los tiempos, ya que evita errores comunes que retrasan el trámite, como omitir deudas, incluir datos incompletos o no justificar correctamente la insolvencia. Otro aspecto que ayuda a agilizar el proceso es demostrar la buena fe del deudor desde el inicio, aportando pruebas de colaboración, transparencia y disposición a cumplir con lo que el juez indique. En casos donde no existen bienes o estos están protegidos, el expediente suele resolverse con mayor rapidez.
En resumen, aunque la duración de la Ley de Segunda Oportunidad puede variar, la mayoría de personas consigue la exoneración de sus deudas en menos de un año, especialmente cuando el caso está bien preparado. Con una buena gestión legal y documentación completa, el proceso puede acelerarse considerablemente, permitiendo al deudor recuperar su tranquilidad y comenzar de nuevo cuanto antes.
